En ocasiones, los titulares nos apremian a leer con avidez sus contenidos. Naturalmente, en muchos casos, el título tiene poco que ver con lo que se plantea en el texto que aparece a continuación. Es la vieja teoría del niño que muerde al perro: solamente lo que nos llama la atención merece ser destacado.
Como ya le parecerá obvio al lector más avezado, ni conozco ni pretendo aventurar ninguna solución a la crisis. Tan sólo pretendo llamar la atención de los lectores acerca de la crisis real, la de las personas que comparten el planeta con nosotros y a los que apenas vemos. En nuestra sociedad, en la que "la buena vida" ha campado a sus anchas en los últimos años, la crisis económica, siendo importante, es totalmente ridícula si se compara con lo que se vive en otras partes del mundo. La película "Slumdog Millionaire" presenta una visión de la realidad de las dos últimas décadas en India, y lo hace de una manera desgarradora, aunque siempre desde un prisma positivo.
La historia, siendo sencilla, está narrada de manera magistral. Tranquilo, amigo lector, pues no desvelaré nada que pudiera hacer que no disfrutar con esta película. Solamente te resumiré, muy brevemente, el hilo argumental. El discurso narrativo se ocupa de la historia de Jamal, un joven indio que decide presentarse como concursante al concurso "¿Quién Quiere Ser Millonario?" Tras acertar gran parte de las preguntas, y ante las dudas que genera el hecho de que un chico sin estudios pueda conocer la respuesta de algunas cuestiones de bastante dificultad, es interrogado; es a partir de la justificación del conocimiento de dichas contestaciones cuando retomamos su historia, desde su niñez al momento actual y la razón por la que ha tomado parte en el concurso. La suya es una historia de pobreza y de humillación, de sufrimiento y vejaciones, pero también de superación y esperanza.
El hecho de haber recibido los máximos parabienes internacionales, incluido el Oscar de Hollywood, ha hecho que algunas personas tuviesen reticencias a la hora de pasar por taquilla. No obstante, la película está sustentada por un guión magnífico, y relata con total crudeza una crisis verdadera, la que sostiene la pobreza en el Tercer Mundo, la de los millones de bocas que se asoman al cielo esperando que caiga un maná hasta ahora inexistente.
Visto lo visto, ¿quién dijo crisis?
martes, 24 de marzo de 2009
Soluciones a la crisis
Etiquetas:
"Slumdog Millionaire",
cine,
crisis,
pobreza,
verdad,
verosimiltud
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Desde luego que has sabido engancharnos con el titulo (era ese tu objetivo), no tendremos más remedio que ir a ver la pelicula,pero hasta entonces no puedo dar una opinión sobre la misma , aunque ratifico tu sentencia ¿quién dijo crisis?
ResponderEliminarRosa
he visto la pelicula y es muy interesante,pero tambien es buena la musica y el baile del final,por cierto que en algun spot publicitario de la television utilizan algo similar
ResponderEliminarEstoy viendo, una entrevista que le hacen a Durán y Lleida, y a lo largo de la misma ,surge el tema Bolonia, aunque no estoy enterada sobre su contenido, me preocupa la reacción que está teniendo. De siempre me ha molestado mucho, que mientras unos jovenes, estan trabajando todo el día en cualquier trabajo, haya otros que vayan a la universidad a perder el tiempo y a vagar hast los 3o años o más. No estoy de acuerdo que con los impuestos de todos nosotros, incluidos los de los jóvenes de su misma edad, estemos soportando a "los vagos". Si sus padres pueden permitirselo que los manden a la universidad privada , y los tengan todo el tiempo que quieran ¡pero no con nuestros impuestos!
ResponderEliminarRosa
El tema de Bolonia merece un comentario aparte. La impresión que empieza a dar es que muchos de los jóvenes que se manifiestan no son, precisamente, los típicos estudiantes que tenemos en el aula. Si bien es cierto que el derecho a la huelga existe, no sé hasta qué punto lo que prevalece es la falta de información. Bolonia aporta mejoras, pero también es cierto que hay algunos problemas que deberían haber sido subsanados antes del 2010.
ResponderEliminarPor lo que respecta a los nuevos inquilinos de la universidad pública, el debate está ahí. Es cierto que tenemos alumnos que pasean los libros durante muchos años, a costa de los impuestos de mucha gente, aunque me parecería injusto indicar que sean la mayoría. Cabe preguntarse los motivos para que esto siga sucediendo. Personalmente creo que esto es debido a un hecho puntual: la matrícula de la universidad pública española es bastante baja en comparación con el resto de Europa. No obstante, este debate merece mayor comentario, pues las soluciones se me antojan más complicadas.
pienso que los resultados del plan de Bolonia tiene que pasar tiempo para saber como nos ira,pero,lo que no podemos es ir a contracorriente respecto a el resto de Europa,si queremos las mismas oportunidades hemos de tener un misma preparacion
ResponderEliminarHe de confesar , que hacía muchos años que no iba al cine, anoche pasamos por taquilla para ver la pelicula "Slumdog millionaire".
ResponderEliminarFué impactante,por la crudeza y la dura realidad que en la misma se nos muestra,pero efectivamente se nos cuenta de manera positiva . Solo le pondré una pega y es el excesivo sonido, que emplean durante bastantes escenas de la pelicula (llegó a molestarme mucho). Por lo demás "bueniiiiisima" y me quedo con la frase que aparece ,en un rincón de la pantalla, al final de la pelicula "estaba escrito"
Yo no he visto la película, pero pienso verla.
ResponderEliminarSolo se de ella lo que se ha comentado en clase y en los medios de comunicación.
Debe de estar bien, pero porqué viendo la película, tanto esta como otras parecidas hemos de renunciar al bienestar alcanzado por nuestra sociedad?. Porqué hemos de sentirnos culpables de la pobreza de aquellas gentes?. Nuestra nación en otros tiempos también fue pobre, recibimos ayudas pero fue es trabajo de todos el llegar a donde hemos llegado. India tiene unos científicos muy avanzados (posee la bomba atómica)y una pobleza muy endémica. Podría aprovechar el dinero y la ciencia en el progreso de sus ciudadanos y no en películas y reportajes de su país para dar lástima a las personas sensibles de países que aunque más pobres económica y científicamente son más punteros en el bienestar de sus ciudadanos.