Otro trabajo muy interesante...
CONFIANZA
Habían planeado un viaje de vacaciones con los amigos y todos estaban estusiasmados con la idea, pero ella en el último momento lo anuló, alegando excusas que nadie entendió. De manera parecida había dejado de acudir a cenas y comidas de trabajo que se celebraban en restaurantes ya conocidos. Tenía asuntos del banco pendientes. No aceptaba ayuda doméstica en casa, a pesar de no tener tiempo para dedicarse a ello. Pero todas las alarmas sonaron el día que, sintiéndose muy enferma, decidieron llevarle al hospital, a lo que se negó rotundamente porque desconfiaba de los médicos (doctorfobia). Ante la gravedad del caso los suyos la ingresaron a la fuerza y además de la dolencia que la llevó allí, fue diagnosticada de fobia social y falta de confianza para poder seguir viviendo. ¡Vaya diagnóstico! Había perdido la confianza, eso que nos resulta imprescindible para establecer unas relaciones sólidas y duraderas entre humanos.
Por eso ella no iba al banco, sabía que tenía “bancofobia” desde que los consideraba culpables, por codicia, de la crisis que estamos viviendo. Tampoco comía fuera de casa: cualquiera sabe quién manipula tu comida; seguro que sin la debida higiene, hasta podría estar enfermo, ¿y si estaba loco y la envenenaba? Sí, también tenía “restaurantefobia”. Por la misma razón había suspendido el viaje con los amigos. ¿Subirse a un avión?, ¿Y si el piloto está drogado?, ¿Y si se sube un terrorista y lo secuestra?, ¿Y si lo estrella contra un edificio? Estas eran algunas cosas que ya habían pasado y podían volver a pasar. Eso se llama “aviónfobia”. Su casa era su castillo: prefería verla sucia a que una extraña, posiblemente emigrante, entrara en ella y conociera, con la excusa de limpiarla, hasta sus mas recónditos rincones. ¡Ni hablar de ello!. “chachafobia”. Sí, definitivamente había perdido la confianza en los demás.
El avance social, económico, laboral y de relaciones interpersonales de nuestro primer mundo está basado en la confianza, denota progreso. Es difícil de ganar y muy fácil de perder y su pérdida siempre produce crisis, ya nada vuelve a ser igual que antes.
Carpe Diem
lunes, 26 de octubre de 2009
Confiar
Nuevo texto. A ver qué os parece,
CONFIAR
La verdadera confianza existe cuando hay madurez en las relaciones humanas, e implica estabilidad, respeto, amor. Todos necesitamos que alguien confíe en nosotros. De hecho, la confianza se gana o se pierde, se tiene un día y al siguiente desaparece como por ensalmo.
En una entrevista de prensa con corresponsales extranjeros, le preguntaron al presidente Mao Tse Tung - ¿Cual es su objetivo inmediato?-, la respuesta fue contundente “mi principal objetivo ha sido y sigue siendo, contar y seguir contando con la confianza de mi pueblo; si hay confianza, todo se facilita y si no hay confianza, todo se dificulta”.
La confianza es el fundamento de toda relación humana. Nadie puede caminar junto a otro sin tener la certeza de que puede confiar en él. Sin confianza es imposible avanzar y crecer. Cuando hablamos de confianza lo hacemos también de transparencia. Para confiar en otra persona hace falta primero tener un conocimiento. Cuanto mas se conoce, mas confianza hay en una relación. Donde hay confianza se da una comunicación bonita y enriquecedora.
En las relaciones es muy importante cuidar mucho la confianza. Sin confianza es imposible avanzar y crecer. Cuando hablamos de confianza hablamos de transparencia.
La confianza es el fundamento de toda relación humana. Nadie puede caminar junto a otro sin tener la certeza de que puede confiar en él. Ni siquiera la confianza es tangible; no pesa, no puede medirse, ni tampoco (a diferencia de los bienes materiales) es susceptible de custodia alguna.
Hay que aprender a confiar en los demás para que ellos confíen en tí. Podemos decir, en general, que todos tenemos algo o mucha confianza en determinadas personas. Si no fuera así, las relaciones humanas serian muy difíciles, empezando por la familiar.
FEF
CONFIAR
La verdadera confianza existe cuando hay madurez en las relaciones humanas, e implica estabilidad, respeto, amor. Todos necesitamos que alguien confíe en nosotros. De hecho, la confianza se gana o se pierde, se tiene un día y al siguiente desaparece como por ensalmo.
En una entrevista de prensa con corresponsales extranjeros, le preguntaron al presidente Mao Tse Tung - ¿Cual es su objetivo inmediato?-, la respuesta fue contundente “mi principal objetivo ha sido y sigue siendo, contar y seguir contando con la confianza de mi pueblo; si hay confianza, todo se facilita y si no hay confianza, todo se dificulta”.
La confianza es el fundamento de toda relación humana. Nadie puede caminar junto a otro sin tener la certeza de que puede confiar en él. Sin confianza es imposible avanzar y crecer. Cuando hablamos de confianza lo hacemos también de transparencia. Para confiar en otra persona hace falta primero tener un conocimiento. Cuanto mas se conoce, mas confianza hay en una relación. Donde hay confianza se da una comunicación bonita y enriquecedora.
En las relaciones es muy importante cuidar mucho la confianza. Sin confianza es imposible avanzar y crecer. Cuando hablamos de confianza hablamos de transparencia.
La confianza es el fundamento de toda relación humana. Nadie puede caminar junto a otro sin tener la certeza de que puede confiar en él. Ni siquiera la confianza es tangible; no pesa, no puede medirse, ni tampoco (a diferencia de los bienes materiales) es susceptible de custodia alguna.
Hay que aprender a confiar en los demás para que ellos confíen en tí. Podemos decir, en general, que todos tenemos algo o mucha confianza en determinadas personas. Si no fuera así, las relaciones humanas serian muy difíciles, empezando por la familiar.
FEF
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comunicación,
confianza,
transparencia
La confianza del alumno ilusionado
Este es el tercer trabajo que presentamos en el blog, si bien en los próximos días iremos colgando más trabajos de los compañeros del grupo de mañana de la Universidad para Mayores.
LA CONFIANZA
Personalmente, considero la confianza un sentimiento muy próximo a dos de las virtudes teologales (Fe y Esperanza), términos que, según el contexto en que sean incluidas, podríamos considerar sinónimos.
Pero también la entiendo como al amor, o a la amistad, un sentimiento subjetivo, ya que se inicia con la percepción o simpatía que yo pueda sentir de forma espontánea y de algún modo irracional (“flechazo”, “amor a primera vista”, “atracción personal”, “ilusión”) hacía algo o alguien del que (o de lo que no) tengo información suficiente, y que, pese a ello, me ofrece seguridad.
Quiero significar que, cuando un proyecto ha sido sometido por mi parte a seguimiento e investigación, y del cual tengo información fidedigna y a mi juicio veraz, la confianza se transmuta en seguridad. Queda claro que en este caso el sentimiento emocional queda convertido en certeza. Conozco algunos responsables de empresa que dicen que “un riesgo estudiado no es riesgo, sino oportunidad de beneficio”
Del mismo modo, cuando en una persona concurre la circunstancia de que en mi poder figuren datos determinantemente fiables de seguridad, o bien sea conocida por mí y haya mantenido con ella el trato lo suficientemente largo o íntimo como para considerar que “la conozco y me puedo fiar de ella”, llego a idéntica conclusión; no siento confianza, estoy seguro de la conveniencia o afinidad del asunto o del sujeto.
De la misma manera, y también como primera impresión, hay ocasiones en las que la reacción que tengo ante un argumento o individuo, es de rechazo, y cuando esa sensación prácticamente instintiva me hace sentir repulsión, veta cualquier intento de contigüidad o negocio acerca de la persona o la cuestion.
Habrá quien podrá argumentar que las previsiones pueden fallar o resultar erróneas y por tanto defraudarnos… pero esto daría lugar a otro artículo con el posible título de “LA DESCONFIANZA”.
Fdo. EL ALUMNO ILUSIONADO
LA CONFIANZA
Personalmente, considero la confianza un sentimiento muy próximo a dos de las virtudes teologales (Fe y Esperanza), términos que, según el contexto en que sean incluidas, podríamos considerar sinónimos.
Pero también la entiendo como al amor, o a la amistad, un sentimiento subjetivo, ya que se inicia con la percepción o simpatía que yo pueda sentir de forma espontánea y de algún modo irracional (“flechazo”, “amor a primera vista”, “atracción personal”, “ilusión”) hacía algo o alguien del que (o de lo que no) tengo información suficiente, y que, pese a ello, me ofrece seguridad.
Quiero significar que, cuando un proyecto ha sido sometido por mi parte a seguimiento e investigación, y del cual tengo información fidedigna y a mi juicio veraz, la confianza se transmuta en seguridad. Queda claro que en este caso el sentimiento emocional queda convertido en certeza. Conozco algunos responsables de empresa que dicen que “un riesgo estudiado no es riesgo, sino oportunidad de beneficio”
Del mismo modo, cuando en una persona concurre la circunstancia de que en mi poder figuren datos determinantemente fiables de seguridad, o bien sea conocida por mí y haya mantenido con ella el trato lo suficientemente largo o íntimo como para considerar que “la conozco y me puedo fiar de ella”, llego a idéntica conclusión; no siento confianza, estoy seguro de la conveniencia o afinidad del asunto o del sujeto.
De la misma manera, y también como primera impresión, hay ocasiones en las que la reacción que tengo ante un argumento o individuo, es de rechazo, y cuando esa sensación prácticamente instintiva me hace sentir repulsión, veta cualquier intento de contigüidad o negocio acerca de la persona o la cuestion.
Habrá quien podrá argumentar que las previsiones pueden fallar o resultar erróneas y por tanto defraudarnos… pero esto daría lugar a otro artículo con el posible título de “LA DESCONFIANZA”.
Fdo. EL ALUMNO ILUSIONADO
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confianza,
desilusión
La confianza
Segundo texto que presentamos, creado por otro compañero de la Universidad para Mayores de la UJI.
LA CONFIANZA
Según el diccionario, confianza es la seguridad que uno tiene en sí mismo, en otro o en una cosa.
La confianza debe ser verdadera, no se dá, no se regala, no se compra, SE MERECE. Nace dentro de nosotros, no fuera, por lo que somos responsables de su desarrollo. Es la creencia en que una persona o grupo será capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamientos. Se verá más o menos reforzada según sus acciones. La información ayuda a tener confianza. Cuantos más conocimientos tienes de una persona, más confianza. Cuando decimos lo que pensamos y hacemos lo que decimos nos volvemos dignos de confianza. Cuando no hay confianza mutua, surgen los problemas.
La gran mayoría de las relaciones interpersonales, sean comerciales, laborales, particulares o íntimas pasan por un tema de confianza. Es una palabra maravillosa que acerca, que anima, que indica que te aman. La confianza es el sostén principal de las relaciones humanas. No tener confianza es como un fuego que te quema, que no deja nada, ni ánimo, ni alegría, solo desolación y el alma herida. Afortunado quien no necesite poner a prueba la confianza en quienes la supone.
La confianza es como la bella copa que rota ya no sirve. No se tira, solo se retira porque uno no se desprende fácilmente de las cosas que ha considerado bellas. La confianza no puede ser ciega sino que ha de estar sustentada en el conocimiento personal: ha de ser honesta. Potenciar la confianza en nosotros viene de la mano de diversos factores:
-Conocernos todo lo posible y de forma continuada, ya que vamos experimentando cambios con toda honestidad.
-Vivir activos: opinando, eligiendo, significándonos...
-Valorar y congratularnos de nuestras capacidades y posibilidades.
-Constatar nuestras limitaciones, para saber ser realistas.
-Afrontar retos y riesgos con prudencia ysensatez.
-Iniciar y mantener relaciones de calidad, donde la comunicación abierta, positiva y sincera sea una constante.
-Dejar de lado la tensión y el control continuo.
-Permitirnos mostrarnos tal cual somos, sin tapujos ni máscaras o escudos.
Todo esto es la confianza.
SGG
LA CONFIANZA
Según el diccionario, confianza es la seguridad que uno tiene en sí mismo, en otro o en una cosa.
La confianza debe ser verdadera, no se dá, no se regala, no se compra, SE MERECE. Nace dentro de nosotros, no fuera, por lo que somos responsables de su desarrollo. Es la creencia en que una persona o grupo será capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamientos. Se verá más o menos reforzada según sus acciones. La información ayuda a tener confianza. Cuantos más conocimientos tienes de una persona, más confianza. Cuando decimos lo que pensamos y hacemos lo que decimos nos volvemos dignos de confianza. Cuando no hay confianza mutua, surgen los problemas.
La gran mayoría de las relaciones interpersonales, sean comerciales, laborales, particulares o íntimas pasan por un tema de confianza. Es una palabra maravillosa que acerca, que anima, que indica que te aman. La confianza es el sostén principal de las relaciones humanas. No tener confianza es como un fuego que te quema, que no deja nada, ni ánimo, ni alegría, solo desolación y el alma herida. Afortunado quien no necesite poner a prueba la confianza en quienes la supone.
La confianza es como la bella copa que rota ya no sirve. No se tira, solo se retira porque uno no se desprende fácilmente de las cosas que ha considerado bellas. La confianza no puede ser ciega sino que ha de estar sustentada en el conocimiento personal: ha de ser honesta. Potenciar la confianza en nosotros viene de la mano de diversos factores:
-Conocernos todo lo posible y de forma continuada, ya que vamos experimentando cambios con toda honestidad.
-Vivir activos: opinando, eligiendo, significándonos...
-Valorar y congratularnos de nuestras capacidades y posibilidades.
-Constatar nuestras limitaciones, para saber ser realistas.
-Afrontar retos y riesgos con prudencia ysensatez.
-Iniciar y mantener relaciones de calidad, donde la comunicación abierta, positiva y sincera sea una constante.
-Dejar de lado la tensión y el control continuo.
-Permitirnos mostrarnos tal cual somos, sin tapujos ni máscaras o escudos.
Todo esto es la confianza.
SGG
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Confianza e ironía
De manera arbitraria (¡¡¡sinceramente!!!), y mediante sorteo llevado a cabo sin notario (lo más próximo son mis hijos jugando en la alfombra del comedor, aunque no me importaría que en un futuro alguno se dedicara a esta noble profesión), he decidido exponer tres de los trabajos que el grupo de mañana ha tenido a bien remitirme. Recuerdo al lector que es un grupo perteneciente a la Universidad de Mayores de la UJI, y que la propuesta era redatar un breve texto acerca de un tema concreto (La Confianza). El primer texto es el siguiente:
CONFIANZA E IRONÍA
Siendo plenamente consciente del alto nivel de confianza que tengo en mí misma, me dispongo con ánimo tranquilo y relajado a escribir el artículo sobre LA CONFIANZA, propuesto por el profesor Palmer.
Deduzco, por el tipo de luz que se cuela a través de la ventana, que deben ser alrededor de las cinco de la tarde. Desvio mi mirada hasta el reloj que, confiado en su precisión para dar la hora, descansa plácidamente sobre la mesa de mi despacho. Una vez más la sincronicidad entre luz solar, reloj y mi intuición es perfecta. Son las cinco menos cinco. Esta conjunción de hechos hace que me sienta bién.
Cuando apenas tengo hilvanadas en mi mente las primeras frases que pretendo plasmar en el papel, oigo que alguien abre la puerta de mi casa. Es mi hermana, persona merecedora de mi total confianza, que viene a comentarme que, en mi ausencia, ha tenido que solucionar (muy acertadamente, por cierto) un imprevisto que se ha producido dentro de mi vivienda. Repentinamente, sin tiempo de reflexionar, me viene a la mente un pensamiento que hace que aumente aún más, si cabe, mi confianza a tres niveles distintos. Primero, en mi misma -¿cómo no?-, por mi nivel de autoconfianza; en segundo lugar, por tener la inmensa suerte de verme rodeada de personas altamente merecedoras de mi confianza y, en tercer lugar, por poder contar con objetos que me inspiran confianza, como mi reloj, que cumple a la perfección su obligación de dar las horas de una forma fiel y precisa y que, grácias a él, sé que nunca llegaré tarde a mis citas.
Tengo claro que cada vez que decidimos confiar en alguien o algo corremos un riesgo, pero yo, estoy dispueta a asumirlo.
Confio en haber tomado la decisión correcta.
MPM
CONFIANZA E IRONÍA
Siendo plenamente consciente del alto nivel de confianza que tengo en mí misma, me dispongo con ánimo tranquilo y relajado a escribir el artículo sobre LA CONFIANZA, propuesto por el profesor Palmer.
Deduzco, por el tipo de luz que se cuela a través de la ventana, que deben ser alrededor de las cinco de la tarde. Desvio mi mirada hasta el reloj que, confiado en su precisión para dar la hora, descansa plácidamente sobre la mesa de mi despacho. Una vez más la sincronicidad entre luz solar, reloj y mi intuición es perfecta. Son las cinco menos cinco. Esta conjunción de hechos hace que me sienta bién.
Cuando apenas tengo hilvanadas en mi mente las primeras frases que pretendo plasmar en el papel, oigo que alguien abre la puerta de mi casa. Es mi hermana, persona merecedora de mi total confianza, que viene a comentarme que, en mi ausencia, ha tenido que solucionar (muy acertadamente, por cierto) un imprevisto que se ha producido dentro de mi vivienda. Repentinamente, sin tiempo de reflexionar, me viene a la mente un pensamiento que hace que aumente aún más, si cabe, mi confianza a tres niveles distintos. Primero, en mi misma -¿cómo no?-, por mi nivel de autoconfianza; en segundo lugar, por tener la inmensa suerte de verme rodeada de personas altamente merecedoras de mi confianza y, en tercer lugar, por poder contar con objetos que me inspiran confianza, como mi reloj, que cumple a la perfección su obligación de dar las horas de una forma fiel y precisa y que, grácias a él, sé que nunca llegaré tarde a mis citas.
Tengo claro que cada vez que decidimos confiar en alguien o algo corremos un riesgo, pero yo, estoy dispueta a asumirlo.
Confio en haber tomado la decisión correcta.
MPM
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