¡Se abre la veda! ¡Empiezan las Rebajas! Pero, vamos a ver, ¿necesito algo?
Muchas veces acudimos a ellas, se compra y se oyen cosas como:
-Oye, ¿tú que has comprado?
-Yo, una figura de arte abstracto, ejecutada en varias clases de fibras.
-¡Ah! ¿y qué significa o qué representa?
-No lo sé.
-¿Pero te hacía falta?
-No, ¡pero estaba tan rebajada!
Y al final llegas a casa cargada de multitud de paquetes, ¡qué ilusión tan enorme, lo de llevar muchos paquetes!, que no nos van a ser prácticos para nada, ni de ninguna utilidad, pero abultan y hacen que nuestras vecinas nos miren con admiración y exclamen
- ¡Qué bien sabe comprar en las Rebajas!
No cabe duda que el consumismo nos ha arrastrado durante mucho tiempo a comprar y comprar, sobre todo en Rebajas.
Es como una meta proyectada. Tengo que ser la que llegue antes, la que mejor revuelva en los montones para encontrar algo y mi cara de felicidad y triunfo sobre la persona que tenemos al lado, a la cual arrebatamos una prenda por segundos y la alzamos victoriosas, es como un trofeo que a base de esfuerzo y tesón hemos conseguido.
Nuestro orgullo no tiene límites.
Puede que en estos tiempos de crisis, se haya diluido esta práctica como deporte, para pasar a ser necesidad y así a bajo coste reponer cosas necesarias que a lo largo del año nos costarían más caras.
Si es así ¡Loadas sean!, pero pensemos y seamos conscientes, vayamos con una lista, como al súper y aunque veamos una máscara veneciana, que es un sueño y que a nuestra prima la haría morirse de envidia, resistamos la tentación y pasemos de largo, porque sino las Rebajas, serán, más que un alivio, un gran peso para nuestra maltrecha economía.
Mª Isabel González Rozas
domingo, 28 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario