La madre es una persona que tiene que llevar a cabo muchas tareas y funciones, la mayor parte de ellas basadas en el cariño y en la comprensíon. El hecho de ser esposa requiere de paciencia, pues lo importante es que todo vaya bien día a día, que haya buen ambiente en el hogar. También es importante la relación con los hijos, con sus defectos y sus virtudes, analizando con detalle sus cualidades. Además, pasados los años, esa función se torna en la de abuela, y hay que estar disponible para convertirse también en canguro, cuando hace falta. También somos, en cierta medida, enfermeras, siempre dispuestas a acompañar a todos y a controlar las citas.
Como podéis imaginar, somos también un monedero andante: siempre abiertos, dispuestos a pagar y callar, pero importa poco si se hace con cariño. También somos cocineras de prestigio: a todo el mundo le encanta cómo cocinan madres y abuelas, aunque siempre queda la duda si es por gusto o por comodidad. En cuanto al tema de la limpieza, mejor ni hablar: nadie suele arrimar el hombro y echar una mano. Aunque, en el fondo, por lo que somos mejor consideradas es por nuestra facilidad para escuchar a todo el mundo y, en ocasiones, por ser capaces de dar algún buen consejo.
Yo como ya no quiero decir más cosas, pues nunca acabaría, he de recoinocer que soy muy feliz de ser esposa, madre y abuela.
AVA
martes, 9 de marzo de 2010
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