martes, 15 de febrero de 2011

El sino de la vida

Sé que mi sino era estar lejos de mi familia. Nací y, ya siendo muy pequeño, mis “padres”, por circunstancias de la época, se limitaron a mandarme a lo que al final deducí que fue lo mejor para mí. Aquel colegio de Auxilio Social, de nombre “Sierra de Espadan”, (que no olvidaré nunca) solventó mi vida, tanto moral como educativamente, desarrollando una ética agnóstica que cualquier persona hubiese deseado, con esa enseñanza que sólo este tipo de colegio te proporcionaba. Mis profesores me enseñarón a comprender que a la cima no se llega superando a los demás, sino superándose a si mismo.
Pasaron los años y me convertí en la persona que jamás hubiera soñado: culto, educado, amigo de mis amigos y respetuoso de mis enemigos, no pude tener estudios superiores, por motivos de de falta de medios,me puse a trabajar a los catorce años, en 1961. Ese año empezó mi labor y terminó cincuenta años mas tarde la exquisita y gratificante carrera comercial que desarrollé. Y, al final de mi etapa laboral, obtuve el premio.

¡¡¡La Universitat per a Majors ¡¡¡



Vicente Martí Martí

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