Hay momentos en la vida que un animal nos llena más que algunas personas.
Un perro, por ejemplo, expresa cariño, detecta tu estado de animo, sabe cuando ríes y te mira de una manera especial cuando lloras. Sabe cuando algo está fuera de la normalidad, sabe en que momento su dueño está receptivo, expresa con la mirada lo que quiere en cada momento, porque los perros miran directamente a los ojos y en su mirada reflejas la tuya, ambas se cruzan y se entienden.
Al contrario, hay personas que son incapaces de expresar, de sentir cariño, o percibir tu estado de animo en cualquier circunstancia. Son personas incapaces de mirar directamente a los ojos por lo qué no se produce ninguna complicidad entre seres que están hechos para entenderse y cumplimentarse. Es pues claro, que un animal puede ser y el mío lo fue, un magnifico cómplice de sentimientos.
P.G.G.
martes, 15 de febrero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario