martes, 15 de febrero de 2011

LA REINA VIRGEN

Entre Los siglos XIV y XV subió al trono de Inglaterra una princesa de la casa Tudor, que en el transcurso de su juventud, estuvo rodeada de muchos conflictos dinásticos, políticos y religiosos. A los tres años perdió a su madre, decapitada, su rango y los derechos de sucesión al trono, su padre la declaró bastarda y estuvo alejada de la corte hasta los diez años.
Gracias a la reina Catalina pudo volver a la corte y su padre reconoció ante el Parlamento la legitimidad de su hija. Allí la joven princesa recibió una educación esmerada que la llevó a poseer una sólida formación humanística. Leía griego y latín y hablaba perfectamente francés, italiano y castellano
A la muerte de su padre y después de un malévolo desenlace amoroso, la princesa cayó en desgracia y estuvo varios meses encerrada en la Torre de Londres, pero haciendo gala de un regio orgullo y de una inteligencia muy superior a sus años, salió incólume de este escándalo. Por primera vez había demostrado una cualidad que conservaría durante toda su existencia. Si bien su aversión por el matrimonio pareció originarse en le trágico episodio amoroso.
Hija y hermana de reyes, acostumbrada a enfrentarse a las adversidades y a mantenerse alejada de las conjuras, la princesa subió al trono de Inglaterra a los veinticinco años de edad. Uno de sus primeros actos de gobierno fue nombrar Secretario de Estado a un hombre procedente de la alta burguesía y que compartía la prudencia y la tolerancia de la reina.
En el terreno religioso esta reina estableció el anglicanismo, ayudó a los calvinistas escoceses y por otra parte e indirectamente a los protestantes de Francia y de los Países Bajos, al mismo tiempo que los navegantes comerciantes ingleses tomaban conciencia de las posibilidades atlánticas y se enfrentaba al monopolio español en América. Era pues inevitable el confortamiento entre ambos países.
La intención de invadir Inglaterra no se hizo esperar por parte de España. En 1588 España salió derrotada por el trabajo de perfeccionamiento por parte inglesa de la marina de guerra, sus buques eran más ligeros y mejor maniobrables, sus cañones tenían mayor alcance y una providencial tormenta llevó a la victoria inglesa y al desastre español
Esta guerra llevo a la ruinar a ambos reinos, pero el apoyo que dio al comercio marítimo, el impulso a la industria de los paños, llegó a sanear las finanzas del reino e impulsar cierto desarrollo industrial así como atender con leyes especiales, las necesidades de los campesinos más pobres.
Pese a que una de las constantes de su época fueron los conflictos dinásticos, la reina nunca contrajo matrimonio, pero si tuvo varios amoríos con algunos de sus favoritos.
A su muerte dejó a su sucesor, un país rico y poderoso, que se hizo el dueño del mundo.


W. Shaquespeare

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