En estos tiempos de evidente y profunda crisis de valores humanos, a mientender, origen de otros tipos de crisis, como pueden ser políticas,económicas etc.,considero de suma importancia, que las personas se mantengan lomás informadas posible de lo que ocurre en este mundo tan precipitadamenteglobalizado en el que vivimos y en el cual se aprecia la relación tan directaque nos une a todos. Hoy más que nunca, se puede comprobar que las decisionesque se toman en cualquier país del mundo, por lejano que nos parezca, tienenuna repercusión inmediata en el resto del planeta.
Reflexionando sobre este hecho tan facilmente demostrable, me pregunto ¿cómoes posible que siendo obvio que esto es así, continuemos comportandonos todos,desde políticos a economistas etc. de una manera tan imprudente e injusta ennuestros actos y decisiones?
Creo que existen leyes cósmicas que escapan a nuestro conocimiento, pero, queestán ahí. La humanidad está regida por un sinfín de leyes, de las que no somosconscientes y que nos llevan a evolucionar como especie. Independientemente deestas leyes, también es verdad, que, nosotros como seres dotados de concienciay libre albedrío, tenemos nuestra parcela de responsabilidad en el cambio deconciencia planetaria. Somos nosotros como personas con capacidad mental, lasque debemos ir abriéndonos a nuevos conceptos de igualdad, justicia,equidad...
Son los jefes de estado, políticos, presidentes de gobierno...los que tienenmayor responsabilidad a la hora de tomar decisiones, pues afectan a miles, omejor dicho, millones de seres humanos. Son estas personas que nos representana todos, las que deberían pasar periódicamente, si esto fuera posible, porcontroles de honestidad, integridad, y justicia. Es aquí donde la prensa tieneun papel importantísimo a ejercer, pues como medio de comunicación, posee ungran poder e influencia a la hora de transmitir información a los ciudadanos. Siendo así, debería conservar el mayor grado de objetividad y mantenersealejada de cualquier tendencia política. Los profesionales de la comunicacióntendrían que reflexionar las consecuencias que sus opiniones puedendesencadenar en la población, no ocultando información ni deformándola, ni porpresión, ni por intereses. Por desgracia muchos de nosotros no tenemos unaactitud critica lo suficientemente formada, ni disponemos de una información,todo lo veraz y ajustada a la realidad que sería deseable.
¿Cuanto tiempo ha de transcurrir todavía para que abramos los ojos y nos demoscuanta que estamos repitiendo unos patrones de conducta que no conducen a nadapositivo?
Quien tenga ojos para ver, que observe. Quien tenga oídos para oír, que escuche.
domingo, 29 de noviembre de 2009
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