domingo, 1 de noviembre de 2009

Confianza plena

Interesante texto.





CONFIANZA PLENA


Después de haber circunvalado por su parte glaciar el Mont-Blanc el pasado año, nuestro reto para éste consistía en escalar una montaña cercana a los cuatro mil metros, que nos exigiría un alto esfuerzo. Se trataba de Les Domes de Miage , de 3673 metros, en los Alpes franceses. El equipo lo componíamos tres escaladores acostumbrados a movernos en alta montaña, y para asegurarnos el éxito contratamos a un guía profesional de la zona, persona conocedora del medio y que nos merecía una gran confianza.

Comenzamos la ascensión con dirección a nuestro primer destino el refugio de Tre-la-tete a 1970 metros, donde pasamos nuestra primera noche de aclimatación. Desde la terraza distinguíamos un hermoso atardecer con un intenso color rojo. Tras una suculenta cena y una agradable conversación nos retiramos a descansar pensando qué nuevas emociones nos depararía el día siguiente.

Amaneció con buen tiempo. Nuestro siguiente reto consistía en llegar al refugio de Conscrit situado a 2602 metros, lugar donde pasaríamos nuestra siguiente noche. Durante toda la mañana atravesamos el glaciar y escalamos una pared de 100 metros, con las cuerdas y los equipos de aseguramiento; todos pusimos los cinco sentidos. Los pasos eran delicados y debíamos estar concentrados para evitar un accidente, debíamos vigilar que los nudos fueran correctos y que todos los mecanismos funcionaran en perfecto orden.

A las cuatro de la mañana y después de un rápido desayuno comenzamos la marcha. Pronto llegamos al glaciar, nos encordarnos y con mucho cuidado sorteamos las profundas grietas que nos rodeaban. Los primeros rayos de sol, se reflejaban sobre la arista de Les Boses antesala de la cima del Mont-Blanc. ¡Qué cerca estábamos de su cumbre! ¡Casi la cogíamos con nuestras manos!

Nos encontrábamos a 3550 metros, el aire se hacía tenue, costaba respirar pero nuestras ansias de surcar la hermosa arista de les Domes nos impulsaban hacia arriba. Cuando la tuvimos enfrente, no podíamos creer la belleza que se mostraba ante nuestros ojos, una línea de nieve afilada como una navaja.

Llegamos a la cumbre sobre el medio día, comimos un poco y rápidamente comenzamos el descenso hasta nuestro campo base en el valle de Chamonix. Todos estábamos bien y muy contentos, la confianza que hemos depositado unos con otros nos ha llevado al éxito.

SR


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