Al final de diciembre del pasado año se inician una oleada de protestas en el norte de África que comenzaron en Túnez el 17 de diciembre y que supuso la caída del presidente tunecino, Zine el Abidine Ben Ali, el 27 de enero estas protestas se reproducen en Egipto hasta que conseguir que el presidente Hosni Mubarak, en el poder desde 1981, abandone el país y deje en manos de los militares el gobierno provisional de el Egipto con al promesa de la celebración de elecciones. Además de Egipto y Túnez, otros países árabes, como Argelia, Jordania, Yemen, Siria, Irán, Mauritania, Marruecos, Libia, están viviendo jornadas convulsas en las que la población se ha lanzado a la calle para pedir reformas amplias, cuando no el fin de los regímenes políticos imperantes. En el caso mas concreto de de Libia el coronel Muamar el Gadafi esta masacrando la población civil, bombardeando a los insurgentes y exterminando a todos aquellos que no están de acuerdo con la forma de gobernar y que piden que el país se democratice. Ante el clamor de muchos de los habitantes del planeta en que esta masacre hay que evitarla, por fin el Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas el pasado 17 de marzo aprueba “crear una zona de exclusión aérea” y todas la medidas necesarias para frenar a Gadafi, aunque excluye una invasión. Estados Unidos, Reino Unido y Francia afirmaron que estaban dispuestos a entrar en acción en “horas” para implementar lo acordado. El dispositivo para la exclusión aérea podría completarse en días. Egipto está mandando armas a los rebeldes. Jordania, Qatar y Emiratos Árabes son otros países árabes que podrían participar en la implementación de la resolución. El pasado día 20 tiene lugar los primeros vuelos de reconocimiento de aviones Franceses y los primeros ataques de los aviones aliados. La intervención en Labia ha comenzado.
Con esta intervención militar se persigue que cese la masacre de personas inocentes, que la forma de gobierno de Labia se democratice y la población en general pueda participar del gobierno de su nación, sin poner en peligro su libertad o su vida, en definitiva nivelar las fuerzas entre el gobierno y la oposición con el propósito que puedan llegar a un acuerdo sobre la forma de gobernar.
Con esta intervención armada, en contrapartida y sin quererlo también habrá victimas civiles inocentes. Al no estar prevista una intervención militar terrestre y el derrocamiento de Gadafi, la situación se puede enquistar y alargargarse el conflicto mas de lo deseado. La historia nos enseña que resoluciones similares a esta no funcionaron, este es el caso de Bosnia se aprobó una resolución de la ONU para impedir que los serbios siguiesen matando a la población civil, pero dicha resolución no impidió las masacres en Srebrenica, en Irak también se mantuvo durante 12 años una resolución de la ONU que no impidió la muerte de miles de personas Iraquíes. También hay otro peligro latente y es que detrás de estas revueltas o mezclados con los insurgentes este Al Qaeda.
Como conclusión, estando de acuerdo con la iniciativa de las Naciones Unidas, soy muy escéptico en el sentido que sea la manera correcta para librar a Libia de la tiranía de la familia Gadafi, creo que la resolución de la ONU tiene que ser elaborada con mas detalle y las naciones democráticas tienen que involucrase mas en esta tarea de tal manera que el resultado final sea la detención, encarcelación, para ser juzgado por un tribunal internacional, al coronel Gadafi, por las masacres a la población civil. Y el establecimiento de un sistema de gobierno democrático en Labia. Aunque esto parece mas un sueño que una posible realidad.
Luis
jueves, 31 de marzo de 2011
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