jueves, 31 de marzo de 2011

LA INTERVENCION ARMADA DE ESPAÑA EN LIBIA

La intervención de las fuerzas armadas españolas en el mantenimiento y control de la “Exclusión Aérea” sobre el territorio de Libia, ha sido como consecuencia de la determinación tomada por la ONU para detener la masacre que las fuerzas aéreas del Coronel Gadafi estaban realizando entre los opositores a su régimen durante su levantamiento exigiendo su dimisión y abandono del país y la instauración de un nuevo y democrático sistema de gobierno.

Dicha intervención armada española, junto a la de otros países europeos como Reino Unido, Francia, Italia, etc. y los Estados Unidos, es una operación humanitaria, pues está dirigida únicamente a anular la utilización de los medios aéreos libios para aplastar a unos opositores que no disponen de aviación para defenderse. No habrá intervención militar terrestre, por lo que dejan a los libios que diriman sus diferencias con recursos militares equilibrados.

Ahora bien, si dentro de ese equilibrio de recursos militares, resulta vencedor de la contienda el Coronel Gadafi, aún cuando se vea forzado a realizar algunos cambios políticos para apaciguar a sus derrotados opositores y al mundo en general, puede que los países que han intervenido en su contra en la contienda sufran las consecuencias de una restricción de suministro de petróleo y gas natural, tal como amenazó el Coronel en varias de sus intervenciones ante los medios de comunicación durante el conflicto. España, que cuenta con Libia como uno de los principales suministradores de dichos combustibles, puede que sufra una doble penalización por su intervención. Por una parte, el gasto económico que supone mantener en acción a los recursos militares aportados, no sabemos por cuanto tiempo, y con un final que no depone al Dictador; y por otra parte, la cancelación de los contratos de suministro de petróleo y gas natural, que en su día se consideraban muy ventajosos, y la necesidad y dificultad de suplir esos suministros de otras fuentes, con la que está cayendo ahora con los precios de los hidrocarburos.

En fin, que visto lo visto, y a pesar de las “humanitarias” intenciones de nuestra intervención militar, quizás hubiera sido una decisión más inteligente unirnos a la postura de la nación a la que intentamos imitar en aspectos económicos, y, como la Señora Merkel, apoyar a la ONU en su decisión de intervenir en el conflicto libio, pero sin la aportación de nuestros efectivos militares.


Pedro

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