Lo que está sucediendo en el norte de África lo podemos considerar ya historia presente y futura, puesto que supone la 1ª Revolución del siglo XXI o como decía un analista político ”África ya tiene su revolución” cuyo detonante fue la inmolación en Túnez de Mohamed Bonazizi desesperado por la brutalidad de la policía para impedir que se ganara la vida con la venta de fruta en la calle. La reacción de los jóvenes no se hizo esperar, y mediante la utilización de las redes sociales en Internet, consiguió que la sociedad tunecina se manifestara en las plazas y como consecuencia la renuncia y destierro del jefe de estado tunecino.
El efecto dominó hizo el resto y la llamada a la libertad se convirtió en un “Tsunami” de proporciones no cuantificadas todavía, que consiguieron el abandono de Mubarak en Egipto y las revueltas en Libia contra Gadafi, así como las manifestaciones que se están produciendo en la mayor parte de los países árabes y a las que esta vez no pueden culpar a los islamistas, puesto que son consecuencia de que los árabes(sobre todo los jóvenes)ven que las inmensas riquezas de petróleo, gas, minerales, etc. no revierten en la mejora de sus condiciones de vida y solo sirven para enriquecer a las clases dominantes.
Dicho lo anterior deberíamos reflexionar sobre lo que está sucediendo y recordar que todos estos sátrapas que ahora son tan malos, eran tratados con todos los honores por las potencias occidentales, y si han amasado grandes fortunas, es porque asimismo se mantienen “paraísos fiscales” con la complicidad de las mismas potencias; porque ¿no se mira hacia otro lado? Con la tolerancia que se tiene con Suiza, paradigma de la libertad y la democracia, haciendo magníficos negocios con la venta de armas a esos dictadores para que las utilizaran no para defenderse de una agresión exterior sino contra su propio pueblo (lo hace Gadafi).
Asimismo, si observamos lo que sucede, lo que era un clamor a favor de la libertad está ya tomando otros derroteros, puesto qué las grandes potencias están tomando decisiones que lo único que pretenden es tomar posiciones no solo estratégicas sino posiblemente también económicas. Al final lo que va a primar es el control sobre la zona y no tengo muy claro que el beneficiado sea el pueblo (recordemos Iraq).
Quizás por eso se me ocurre pensar que lo que he considerado un “Tsunami “de ansias de libertad se transforme en un “Avispero” cuyas consecuencias son impredecibles. ¡Ojalá me equivoque!
Pericles
jueves, 31 de marzo de 2011
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