El otro día, mirando unos videos del antiguo Egipto por internet, me percate de lo que decía Chistiane Desroches Noblecourt: "Egipto fue, durante la antigüedad, la única civilización que dotó a la mujer de un estatus legal igual al del hombre". Me quedé sorprendida porque recuerdo los años de mi abuela, los de mi madre y, con los míos, tres generaciones de atrasos.
Por fin ahora vamos avanzando, pero todo esto me hace pensar que la historia es como una moviola. Se habla de lucha entre sexos: es lo que escucho en los medios de comunicación. Aunque todos tenemos una opinión personal, yo expongo la mía.
No creo que sea la lucha la que gane o pierda; es lo que hay que hacer antes de llegar a ese punto. Esto sólo se consigue con mucha paciencia y una buena educación. Faltan pasar algunos años, barrer todo el machismo que ha habido en estas sociedades y recuperarnos de esa lacra; debemos tomar conciencia pero no incitar a la lucha: los hombres y las mujeres no tenemos que enemistarnos sino todo lo contrario y caminar juntos como una línea en paralelo pero sin cruzarse.
De la cuarta generación, de nuestros jóvenes, ya veremos cómo se desarrolla. No me atrevo a opinar de ellos. Sólo puedo hablar de lo mío: lo que veo me da el entendimiento para saber que será una línea en paralelo. Y repito que no creo que sea la historia o los tiempos, pero si creo en un refrán valenciano que dice:¡cadascú en la seua casa sap on es penja el cresol!
Mª Asunción
lunes, 7 de marzo de 2011
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