martes, 15 de marzo de 2011

LAS ELECCIONES AUTONOMICAS Y MUNICIPALES

El próximo mes de Mayo se celebrarán en el Estado Español elecciones autonómicas y municipales, salvo en las “históricas” Cataluña, País Vasco, y Galicia. Los representantes de los partidos políticos, cualquiera que sea su signo, ya están actuando ante los medios de comunicación bajo un estudiado guión para desacreditar a los candidatos de las formaciones rivales.

En sus sedes, aun sin haber preparado sus programas para ofrecer a los electores sus propuestas, ya se están entablando batallas para determinar quienes van a ser los candidatos, entre los ya consolidados y acomodados en sus cargos, y los nuevos que vienen empujando para subirse al carro de los elegidos, del que no se bajarán, como los primeros, hasta que no les aparten del mismo sus propios correligionarios (“Ya está bien, ¿no?, Ahora nos TOCA a nosotros”).

Una vez determinadas las candidaturas, prepararán sus campañas con promesas y programas socioeconómicos, que, en el fondo, difieren muy poco unos de otros, cuando los partidos que los proponen tienen verdaderas posibilidades de gobernar (otra cosa son las promesas y programas de los partidos “de segunda fila”, generalmente utópicos y populacheros, al tener escasas posibilidades de tener que ponerlos en práctica).

A continuación, prepararán sus mítines y campañas y sus entrevistas con los medios de comunicación, que, dependiendo de la importancia de la autonomía o municipio, llegarán a nivel estatal. Estos esfuerzos para presentar ante los electores sus programas con el fin de obtener el mayor número de votos posibles, tienen generalmente poca compensación, pues suponen un esfuerzo y gasto excesivo para la captación del voto de esa minoría que “no sabe, no contesta” en las encuestas previas, mientras el elector consciente, valora más su experiencia de las legislaturas anteriores que las promesas que le ofrece el candidato, y actúa en consecuencia; y en cuanto al elector incondicional y “devoto” de un partido, le importan tres rábanos las promesas de los candidatos de los partidos contrarios, pues él ya tiene decidido su voto de antemano.

En la actualidad, y después de haber sido gobernada por un partido de izquierdas desde el inicio de la democracia, en la Comunidad Andaluza parece ser, según las encuestas, que ha funcionado la estrategia de acoso y derribo (con las recientes noticias que la sustentan), y va a decantarse por cambiar el signo del partido que ganará las próximas elecciones. Otra cosa será en la Comunidad Valenciana, donde, a pesar de los presuntos favoritismos y corruptelas, no parece que haya funcionado la citada y taurina estrategia y, siempre según las encuestas, no cambiará el partido dominante, ¿será por la poca entidad personal de los rivales? El tiempo lo dirá.

Pedro Torres

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