Intentaré analizar cuándo y por qué Bankia se ve al borde del abismo. Según los
consejeros de esta entidad, los problemas empiezan en 1.996, justo cuando
Miguel Bielsa entra como presidente de la misma. En ese momento se pierde
calidad de gestión y se vincula excesivamente al ladrillo, tal y como muestran
los balances de la entidad.
Responsables, a mí entender, son los consejos de administración, formados por
políticos de todos los partidos. ¡Aquí no se salva nadie! PSOE, PP, Izquierda
Unida y los sindicatos. ¿Qué saben estos señores de gestión bancaria? ¡Nada!
Las entidades bancarias tienen que estar regidas por expertos en esos menesteres.
Pero hay otro gran responsable, el Banco de España, cuya misión es supervisar.
¿Por qué no lo hizo?, ¿A quién convenía que no lo hiciera?
Las
consecuencias de todo este tinglado han sido nefastas. Primero, para los
clientes que fueron engañados y yo diría casi forzados a comprar acciones y,
evidentemente, este hecho ha creado una incertidumbre tanto interna como exterior de gran
magnitud.
Por tanto, aún
pensando que era necesaria la nacionalización de la misma, hay que dejar mejor
atado este tema, por tranquilidad de los inversores, por Europa y para que los
tiburones de las finanzas que, en el fondo, son los culpables de todos los
males financieros, recuperen la confianza. Para ello hace falta mucha trasparencia,
y para aplicarla se ha aprobado una ley.
¿Cómo han variado las cantidades de dinero en tan poco tiempo, llegando a ser
cifras estratosféricas?
Hay que depurar
responsabilidades, de eso no cabe la menor duda, y por vía judicial. De esta
forma, si se castiga una gestión incorrecta, en el futuro se evitarán estas
situaciones.
Vemos como el
gobierno está haciendo mucho turismo político por Europa, pero no parece que
nadie nos quiera tender una mano. La eurozona parece hacer bueno el refrán:
que cada palo aguante su vela
Marisa
Enriquez
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