A finales de la “Era Cuaternaria” la tierra, en la región
de Hispanilis, estaba dominada por una especie humana llamada “Homo Politicus Insaciabilis” que se
caracterizaba por su infinita capacidad de acaparar cualquier cosa que pudiera,
principalmente unos papeles y piezas metálicas o de otro material, que recibían
el nombre de eurodineris. Para
conseguir sus fines no dudaban en atraer hacia sí, con artimañas y añagazas, a
otras especies como los Homos Clasis
Medium, los Homos Honestum o los Homos Laboralium. Todas estos habitantes
eran engañados mediante un sistema de reuniones, que
tenían lugar cada cuatro años, donde los Homos
Politicus Insaciabilis, disfrazados bajo distintas pieles (de PePelistrium, de PeSaOnEmastis u otra serie de animales) les prometían mejores
condiciones de caza, de vida, de alimentación, de bienestar, a la vez que les
pedían su apoyo mediante una marca realizada en una pequeña piedra y que
introducían en unos agujeros excavados en el suelo de distintas cuevas. Una vez
acabado este ritual, los Homos Politicus
Insaciabilis se olvidaban del resto de las especies y no cumplían nada de
lo prometido.
Para conseguir mantener el
dominio que ejercían sobre las distintas especies humanas, contaban con la
colaboración de otras igual de implacables y con una total falta de escrúpulos.
Citaremos algunas de las más importantes: los Sindicatiliums Nolaborium que se distinguían por no hacer nada
salvo organizar algunas algaradas y recibir muchos eurodineris. Los Nazionalium Macrófagus,
caracterizados por una gula insaciable de todo tipo (eurodineris, alimentos, etc,). Los Bankia Bancarium, que eran los chamanes de las tribus encargados de
la vigilancia y dilapidación de los eurodineris.
Había otro tipo de tribus que colaboraban en la opresión y tiranización de las
razas de Hispanilis, como los Judicialium
Poderusus, los Televidensis Basurum
y una legión de Enchufadensis Inutilium
que, poco a poco y sin pausa, iban arruinando a la mayoría de las tribus que no
estaban en la corte de los Homos
Politicus Insaciabilis. Para ello, contaban con la colaboración necesaria
de un pequeño grupúsculo de seres que, dirigidos por un Mago-Chamán al que llamaban Sus
Altansis Realium, que disfrutando con la caza del mamut y otras especies, a
cambio de no se sabe bien qué, se atribuía la pretenciosa idea de velar por el
bien de todos los habitantes de Hispanilis.
Sin darse cuenta, la
avaricia de los Homos Politicus
Insaciabilis y su numerosa corte de colaboradores estaba acabando con todos
los recursos de la región. Y no sólo eso, los habitantes de la que en otro
tiempo era una rica región en la Tierra, empezaban a padecer hambruna,
enfermedades y a ver como morían los componentes de sus tribus, sin que nadie,
absolutamente nadie moviera un sólo dedo. Es más seguían repitiendo cada cuatro
años el ritual mágico de lo que los Homos
Politicus Insaciabilis llamaban pomposamente Elleccionariums. Pero, lo más curioso del caso es que estas tribus,
a pesar de su precaria situación, acudían a estos aquelarres con la esperanza
de que las tribus dominantes cumplieran algún día sus promesas.
Todo fue en vano. Siempre se
repetía cansinamente la misma sucesión de hechos: promesas, incumplimiento,
avaricia, promesas, incumplimiento, avaricia…………………y así año tras año. Se
perdía la esperanza. Las tribus oprimidas no veían salida. Sólo les quedaba esperar
a que un meteorito volviera a hacer su aparición en Hispanilis, como cuando se extinguieron los dinosaurios antes del
Cuaternario, y que hiciera desaparecer todo lo creado por esta especie.
Quedaba otra esperanza: Que
las tribus, que nunca habían estado en la esfera dominante y que, por lo tanto,
no estaba estigmatizadas por la avaricia y la falta de escrúpulos, despertaran
de su letargo dando paso a que apareciera el Homo Politicus Honradum
que, al fin, podría acabar con el reino de tinieblas en el que las razas
dominantes del final del Cuaternario habían sumergido al territorio de Hispanilis
Bienvenido Homo
Politicus Honradum
Luis Andrés
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