lunes, 11 de junio de 2012

LA CRISIS QUE NOS AFECTA ¿DÓNDE ESTÁ EL SENTIDO?

La principal premisa para poder superar una situación adversa es perder el miedo y afrontarla como una oportunidad de cambio para mejorar. En el camino, la proactividad, junto a valores como la firmeza y la serenidad, es una herramienta muy útil para superar la crisis que nos afecta.

Para revolucionar el mundo con una gran idea sólo hace falta eso: una gran idea. La fórmula para superar con éxito una crisis como la que está viviendo el mundo actualmente, sencilla a la par que complicada, es la receta que está detrás de muchas de las empresas que lideran tanto el panorama internacional como el nacional.

Por desgracia, no es fácil. Si bien, por una parte, se dice en las reuniones de dirección de algunas empresas a sus directores que transmitan a los mandos medios que “hay que producir más, hay que bajar costes, hay que reducir plantilla, hay que… hay que…” por otra parte, en cambio, no se da ningún aliciente bueno para todo el personal que tiene que producir.

Lo primero que sentimos ante la crisis que afecta a todo el mundo, y en especial a nuestro país, es incertidumbre, pues no sabemos qué es lo que va a pasar ni qué soluciones hay. Esa incertidumbre nos lleva a la inseguridad y a la preocupación. Aprender a gestionar las emociones en un contexto así es la llave para superarlo. Cuando se vive una situación como la actual, las personas tenemos dos opciones: mantener una actitud inmovilista, esperando que las cosas vuelvan a ser como antes, o bien tener una actitud proactiva. Cada uno de nosotros somos responsables de nuestra felicidad y no hay que esperar a que las cosas cambien, sino hacer cosas para que la situación personal cambie. Si se tiene claro un objetivo, hay que dar los pasos para conseguirlo.

Las personas contamos con herramientas que nos ayudan a gestionar situaciones críticas. Una de las más valiosas es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. Un buen ejemplo es Abraham Lincoln, que tras vivir consecutivos fracasos en su vida, (perdió ocho elecciones, fracasó en dos negocios y sufrió una importante crisis nerviosa) no desistió hasta llegar a la Casa Blanca. Por lo tanto, hay que mantener una actitud optimista, tener un código moral sólido, enfrentarse a los miedos, ver patrones y poner las cosas en su contexto y gestionar el riesgo, sin olvidar el esfuerzo, la humildad y la perseverancia.

Este país necesita líderes que generen credibilidad, confianza y coherencia entre lo que dicen y lo que hacen, capaces de lanzar mensajes útiles y facilitar la ilusión entre las personas, hacer que tengan retos y que confíen en sí mismos para salir de la crisis.

Las capacidades del ser humano son mucho más amplias de lo que pensamos y nuestra autoestima y nuestra capacidad de hacer frente al fracaso son más elásticas cuando la mente está abierta al aprendizaje.

          Podemos aplicar una de las muchas frases de Einstein: “En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.




Francisco Bellés Safont

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