La reciente noticia de los fuertes terremotos
que han sacudido el norte de Italia me ha dejado perpleja. El balance de esta
catástrofe ha sido de 25 muertos, así como de una gran pérdida de patrimonio cultural (derrumbes
de monumentos, iglesias, etc.), además de
las del sector agrícola e industrial.
Este suceso, me ha hecho recordar
los terremotos que tuvimos el pasado año en Lorca (Murcia) y me pregunto: ¿Qué
está sucediendo?, ¿Por qué hay tantos terremotos?, ¿Estaremos en peligro?
Los terremotos
siempre han despertado mi interés, a la vez que un gran temor. Pensar que la Tierra puede “temblar y abrirse a mis pies“ simplemente
me aterra. Por este motivo, decidí buscar información al respecto.
Sabemos que los
terremotos son reajustes de la corteza terrestre, causados por los movimientos
de grandes fragmentos, y que son fenómenos naturales. Según los expertos, el
movimiento de la superficie terrestre, que provoca un terremoto, no representa
un riesgo (salvo en casos excepcionales) pero sí nos afectan sus consecuencias,
ya que pueden ocasionar catástrofes, como
caída de construcciones, incendios, avalanchas y tsunamis. Aunque todos los
días se registran muchos terremotos en el mundo, la mayoría son de poca
magnitud. Sin embargo, se suelen producir dos o tres terremotos cada año cuyas
consecuencias son imprevisibles. Y estos últimos son los preocupantes, ya que
parece ser que, a pesar de los grandes avances tecnológicos, los
terremotos, hoy en día, siguen siendo
“imprevisibles”
En España existen decenas de fallas activas, capaces de
provocar terremotos destructores. El Instituto Geográfico Nacional es el encargado de elaborar el mapa de
peligrosidad sísmica, y en el mismo indica, que el sur y sureste de España son las zonas con mayor nivel de riesgo. Las
principales provincias implicadas, son las siguientes:
- RIESGO MAXIMO: Alicante y Granada.
- RIESGO ALTO: Murcia, Almería, Málaga y Huelva.
- RIESGO MEDIO: Valencia, Cádiz, Sevilla, Córdoba y Jaén.
En la Comunidad Valenciana,
donde resido, se registran actualmente una media de 50 seísmos de una magnitud
que oscila entre 1,5 y 3,5 de la escala
de Richter, aunque los expertos aseguran que no son motivo de preocupación.
Además, según la estadística de probabilidad, cada 500 años se registra en esta
zona sísmica un terremoto de gran intensidad; y el último de estas
características se produjo en Torrevieja en 1.829, por lo que deduzco que hasta
el 2.329 podemos estar tranquilos.
Lo que es evidente
es que los sismólogos intentan predecir cuándo y dónde se producirán
terremotos; y al parecer han tenido cierto éxito en los últimos años. Quizás en un futuro no muy lejano se pueda
realizar algún tipo de informe geológico, que nos permita detectar terremotos
de gran magnitud, y con el tiempo suficiente, permitiendo la protección de
monumentos históricos-artísticos, y sobre todo la protección del “mayor bien”
que tenemos, nuestra propia vida.
ANA MONTOLIU (curso 1º A)
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