jueves, 14 de junio de 2012

LA AMENAZA DE LOS TERREMOTOS


Siempre me han impresionado mucho los terremotos, ese fenómeno llamado natural en el cual, al temblar y resquebrajarse la tierra, provoca en la mayoría de ocasiones catástrofes irreparables. Sin duda, la pérdida de vidas humanas es lo más lamentable de estos sustos con los que de vez en cuando nos sorprende nuestro planeta.
         Últimamente se han producido en el norte de Italia, en la región de Emilia Romagna, a la cual pertenecen, entre otras, ciudades tan importantes y conocidas como Milán, Bolonia o Módena. Varios seísmos eligieron en esta ocasión una zona de gran valor artístico, destruyendo y dañando a su paso edificios históricos importantes del patrimonio italiano.
         Hace ahora un año en España también tuvimos un terremoto en la ciudad de Lorca, el cual dejó fallecidos y secuelas importantes a su paso, daños que en algunos casos todavía están pendientes de solución. A lo largo de la historia en España se han sufrido sacudidas de distintas magnitudes, como ejemplo podemos destacar el que sorprendió a la ciudad de Arenas del Rey (Granada) un 25 de diciembre de 1884, dejando 839 muertos y 4.400 edificios totalmente destruidos.
Me pongo en el lugar de las personas que lo sufren y me horrorizo; debe ser espantoso perder a seres queridos aplastados entre los escombros, ver destruida tu casa, tu ciudad, todo lo que con tanto sacrificio has ido forjando a lo largo de tu vida.
Al igual que los huracanes, las inundaciones, los corrimientos de tierras y un etcétera de catástrofes naturales, los terremotos nos indican que la tierra está viva y en un constante movimiento. Se trata de peligros inesperados de los cuales el hombre, a pesar del control que cree ejercer sobre el mundo, nunca podrá estar a salvo.

Nieves Gil Soriano - 1º A

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